Medio siglo de la radio educativa
en Bolivia.
Por: Guillermo Siles Paz, OMI
Tengo mucha alegría de poder sentarme y contar algo de
cómo se vivió ERBOL en Bolivia. Habían nacido un 18 de julio de 1967 las Escuelas
Radiofónicas de Bolivia mediante la unión de las emisoras denominadas
“culturales”, que trabajaban hasta ese entonces bajo el denominativo de
Emisoras Culturales Bolivianas. Las radios fundadoras fueron: Radio Fides y
Radio San Gabriel de la ciudad de La Paz, Radio San Rafael de Cochabamba, Radio
Loyola de Sucre, Radio Bolivia de Oruro y Radio Pio XII del Centro Minero de
Siglo XX, también es parte del acta de fundación las escuelas radiofónicas de
Montero.
Yo conocí justo en plena juventud, cuando estaba
construyéndose un proyecto educativo y de promoción radiofónico con impacto en
toda Bolivia. Todos los sacerdotes y laicos parecían obreros, porque su
identidad de radios educativas y populares, era trabajar con una mano en el
micrófono y la otra con un pico y pala. Pero lo más importante, con los pies en
la tierra.
El sonido de sus
voces, envueltas de pluralismo, llenas
de realidad, con una estética propia, muchos idiomas que agradaron los oídos de
sus oyentes, el aymara, el quechua, el guaraní, reflejaron su pasión única de
respeto, lucha y compromiso. Cada radio con una realidad muy concreta: radios
campesinas, indígenas, mineras y populares, pero un tanto en la periferie, un
poco marginal y periurbanas. Todas
encarnadas en la gente y haciendo radio desde la gente, desde su trabajo, desde
su chaco, o desde su reunión sindical. Muchos de sus oyentes habían aprendido a leer
y escribir escuchando la radio, o con el apoyo de los maestros guías. Las
radios de ERBOL habían estado muchos años consagradas a la alfabetización. Hacer
que el pueblo lea y escriba, que valoraren la cultura de sus pueblos ricos en
tradiciones y costumbres. Ahí se entendía el porqué, las radios respondieron a
las necesidades en su tiempo.
La cercanía a las
comunidades, al lugar de trabajo, y al mismo obrero, les fue exigiendo un mayor
compromiso. Por eso cada día la comunicación se iba transformando. Como
encarnando a los profetas bíblicos, en sus contenidos se irradiaba la voz de
protesta, de unidad, de participación, de tener espacios en estructuras de
poder. La mayoría de los contenidos eran motivadores, para que los pueblos,
comunidades y organizaciones asuman el rol protagónico. Como diría Don Ramiro
Beltrán, haciendo una comunicación para el desarrollo.
Sin embargo la
mayor influencia tuvo Don Pablo Freire, que promoviendo una educación para la
vida, se comprometieron para transformar al mismo ser humano. No había duda, había
un espíritu muy encarnado en el cambio, buscando que las voces sean
articuladoras de procesos, generadoras de educación y gestoras de comunicación.
Cada afiliada, con sus representantes, llevaba
la voz de su contexto, de su realidad a todas las asambleas. En sus asambleas
confluían su proyecto político comunicacional y/o sus proyectos de
desarrollo. Todas sus alianzas estaban
en torno a empoderar al campesino, al obrero, a la mujer en su capacidad de ser
sujetos de desarrollo.
Cuando la conocí a
fines de los años 80, capté, aprendí y compartí muchos sueños e ideas con
personas de ese tiempo. Por eso siento que su historia está llena de humanidad,
de realismo y esperanzas, pero también a veces, llenos de impotencia, frustración,
rabia y tristeza. Al trabajar con los pobres y desde los pobres uno entiende
que hay mucho por hacer y descubrir, que un micrófono, o el contacto con la
comunidad se convertían en transformadora. Todos los amigos comunicadores,
locutores, directores, tenían algo especial, gente muy interpelada por la
realidad, hombres y mujeres con sueños de cambios y esperanzas.
En ese entonces
hablar de satélites, de internet y digitalización, era un sueño. La comunicación
en muchos casos era interpersonal, directa, con rostros concretos, en medio de
las bases. Las herramientas de trabajo simplemente una grabadora y la templanza
de los comunicadores. El famoso CCP, Centro de Comunicación Popular, era lo más
avanzado, era la comunicación a través de la banda lateral. Desde esta
experiencia se generaron las informaciones y el dibujo técnico de la realidad,
y un sueño por mejores días. Todos los periodistas querían hacer oír su voz, había
la necesidad de denunciar y anunciar la vida de sus pueblos.
La agencia de
noticias que nace en ERBOL logra tener mucha transformación en la misma
institución, se desafiaron a sí mismos, buscaron otras formas de poder llegar a
más lugares y reflejar la realidad. En poco tiempo
adquirió un prestigio, justamente porque la generación de noticias, variadas,
nacionales y de sectores deprimidos, hacia más atractiva para los medios de La
Paz. Por esa razón la agencia adquiere
una independencia con relación a otros proyectos que ERBOL iba iniciando.
Paralelamente a la
creación de la Agencia de Noticias se dio origen a un informativo nacional
diario. Este tema había sido ventilado durante la Asamblea General de 1990 y
probado para su ejecución. El informativo se llamaría “Encuentro Nacional”.
Durará 30 minutos y se emitirá por Radio San Gabriel y que además se
interconectará con las otras radios. También Radio Pío XII, Radio Santa Cruz
puede emitirlo para que las otras radios la bajen de su onda corta.
La Asamblea de
mayo 1992, “Resuelve la necesidad de que ERBOL, a través de sus acciones cree
opinión nacional y se constituya en un espacio de peso en la sociedad
boliviana”. Se diseña la necesidad de una radio en la ciudad de La Paz, las
afiliadas de La Paz, ofrecen espacios reducidos, por eso se pensaba tener una
radio que logre su incidencia. La radio en la ciudad llegará 6 años después. En
poco tiempo capitalizará toda la experiencia de las afiliadas.
En 1998 se había
comprado radio Color y se tuvo que adaptar todos los nuevos trabajos. Fue un
gran desafío, pero en poco tiempo la radio adquiere su identidad, muchos
comprendieron que ERBOL no era una radio pequeñita, sino que era gigante. La
radio estaba como un Eisberg, sólida en todas sus afiliadas, diseminadas en
todo el país, y todas llenas de vida. A eso sumemos lo que pasó con los
satélites, permitieron que más radios se unan a la señal. Hasta ese momento se
tenía unas 32 afiliadas y 42 afines, pero en 10 años llegaron a 160 radios.
Unidas por el satélite.
Pronto la radio se
convirtió en un red de red y además temáticas, que podría estar discutiendo
temas de todos carácter y abriendo los horizontes de pensamientos generados por
su pasado y presente.
Tal vez algunas
travesías le sean familiar. La defensa de la democracia, el enfrentamiento a
las dictaduras. Las radios mineras demostraron su fortaleza, siempre a lado de
los mineros en la marcha por la vida, hasta inclusive ser detenidos por el
ejército. Festejaron el triunfo de la democracia a lado de los obreros en la plaza
murillo. Fueron testigos de la masacre de San Juan, del Valle y de Amayapampa.
Presentes en la guerra del agua en Cochabamba. Lo que más visibilizó a nivel
nacional fue la guerra del gas, esos fatídicos días de octubre negro. Siempre
unidos al pueblo, y no declinar su opción. En ERBOL simplemente, aprendieron
hacer comunicación con sentido, hacer radio educativo y popular con información
que sale de la gente
En 50 años muchos
nombres y muchos compromisos. Yo solo puedo decir, que todos los que
acompañaron los diversos procesos de ERBOL, dieron su parte y lograron mantener
la identidad de servir a los pobres. Por su trabajo muchos sectores de pobres
lograron una mayor participación en las decisiones públicas, en el
ejercicio de sus derechos y obligaciones ciudadanas; lograron controlar el
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales a nivel municipal,
departamental y nacional, y establecieron relaciones de respeto, tolerancia y
valoración de la diversidad cultural.
Por lo menos esta fue su visión que hoy marca una identidad de la radio
educativa popular hoy.
Vale la pena recordar a todos los amigos cómplices de una misión encarnada
en la realidad de los pobres y su misión de ERBOL. ALER, AMARC, UNITAS, Todos
los proyectos dieron fuerte impacto. Estas radios nacieron para servir y por su
servicio vivieron aplastados por el sistema vigente. Sus críticas y propuestas
no todos gobiernos lo apreciaron, porque a nadie le gusta que les cuestionen. Todos
los poderosos quieren construir la sociedad en silencio y sin ser controlados. ERBOL
nunca fue una bocina, sino que fue el grito de los pobres. Sus 50 años son la
garantía de fidelidad, compromiso y
responsabilidad.
Quiero recordar por lo menos a los amigos, tal vez a muchos los olvide, pero
son muchos periodistas, productores, promotores, locutores y administrativos. Pero
a quienes recuerdo muy bien, porque marcaron su identidad. Por una parte a Gregorio Iriarte, Serafino
Chiesa, Antonio Aramayo, Roberto Durette,
Javier Velasco, Rafael Mora. Por otra a Ronald Grebe, Jorge Aliaga, René
Zeballos, Andrés Gómez. Y hoy mantener la confianza a los que llevan el rumbo de
ERBOL a Aurelio Núñez y a Augusto Peña y a todas las afiliadas que están firmes
para continuar la travesías de hacer una comunicación diferente. //
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